Continuamos las compras en Francia

Museo Baccarat de Paris

Araña de cristal, en el Museo Baccarat de París.

Siguiendo con nuestro recorrido en busca de los mejores y más característicos productos de las regiones francesas, llegamos a Alsacia y Lorena, una junto a la otra en el extremo nororiental del territorio nacional. Allí, un clásico indiscutido lo constituyen las piezas de tela tejidas a mano, en especial manteles y servilletas, que tienen un aire artesanal pero sumamente elegante.

También la cristalería es una protagonista de las tiendas de la zona: la comuna de Baccarat es la cuna de la empresa del mismo nombre, que se ha hecho famosa como sinónimo de objetos de cristal de altísima calidad, delicados y asociados siempre con el lujo y la distinción.

En Borgoña, un efecto de contraste nos da la bienvenida. En esta región se entrecruzan la oferta de indumentaria a muy bajo precio (incluso hasta un 50% más económico que en el resto del país), en la ciudad de Troyes, y la producción de vinos, caros y atractivamente raros.

Las compras en Provenza siempre deben incluir el suave aroma de los jabones, elaborados con esencia pura de flores y hierbas, ideales para disfrutar de un baño y relajarse después del largo paseo. Los estampados son otro de sus productos tradicionales, y se adquieren como tela (por metro) o diseñados como vestidos, chales y hasta manteles.

Quienes prefieran algo de shopping elegante y exclusivo en materia de indumentaria y accesorios, la Riviera es el sitio indicado. Sin embargo, también la gastronomía se da muy bien aquí: chocolates y frutas escarchadas hacen las delicias de los amantes de lo dulce.

Por su parte, Córcega es el reino de la artesanía de madera. Rodeada de bosques encantadores, la isla francesa es famosa en todo el mundo por sus piezas talladas, excelentes para llevar de recuerdo o para obsequiar al regreso del viaje. La cerámica, los tejidos y las acuarelas acompañan la oferta.

Foto Vía: Wiki Commons

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