El Castillo de Rastignac y su parecido con la Casa Blanca
Situada en La Bachellerie, muy cerca de Burdeos, encontramos una curiosa casa palaciega. Su estilo neoclásico en un agradable tono crema, hace que resalte por encima del paisaje verde que la rodea. No obstante, si por algo llama la atención el Castillo de Rastignac es por su fachada; y es que a simple vista, uno cree estar frente a la mismísima Casa Blanca.
Este edificio fue construido en 1817 y su diseño se atribuye a Mathurin Salat, llamado en ocasiones Blanchard. Lo cierto es que su semejanza con la Casa Blanca es muchísima, tanto que muchos aseguraban que esta copió descaradamente la fachada del castillo de Rastignac. No obstante, durante mucho tiempo esta teoría pareció poco creíble, pues el castillo comenzó sus obras en 1817 una década después de que se levantara la Casa Blanca americana.
Muchos historiadores han intentado ahondar en esta curiosa historia, llegando todos a la conclusión que su actual dueño, Richard Smets, parece conocer bien. Al parecer, el arquitecto de esta casa ya había realizado los planos y por tanto el dibujo de la fachada en 1789, antes de que su equivalente americano fuera levantado. No obstante, estas obras tuvieron que parar repentinamente debido a la llegada de la Revolución Francesa. Así pues, el planteamiento y el diseño del Castillo de Rastignac fue anterior al edificio americano.
Tras estos datos surge una duda más que evidente ¿cómo llegaron los planos de este castillo a manos del arquitecto americano? Al parecer, Thomas Jefferson fue embajador de París. Además, el tercer presidente tenía especial interés por la arquitectura. Según historiadores de la talla de François le Neil, Jefferson realizó varias visitas por este territorio durante los años en los que los bocetos de esta casa estaban saliendo a la luz. A raíz de estos datos, todo parece indicar que el presidente entabló amistad con alguien que le suministró los planos de esta mansión.
Si esto fuera así, uno de los edificios más importantes de EEUU estaría basado en un edificio de Francia, un castillo que aún podemos ver a día de hoy, manteniendo su elegante fachada y mostrándose realmente grandioso frente a las miradas de los curiosos turistas que hasta aquí llegan.
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Foto vía: Mossot
