Tauromaquia en Camarga
Al sur de Francia, Arles, en la antigua provincia de Provenza, es una ciudad antigua fundada por los griegos en el siglo VI a.C. Allí, el río Ródano se divide en dos brazos, formando la región del delta, conocida por el nombre de Camarga.
En Camarga, la figura del toro da lugar numerosas actividades que se desarrollan a lo largo de gran parte del año. Aficionados y curiosos se reúnen en sus plazas de toros y sus cafés para admirar y debatir acerca de los impresionantes espectáculos en donde la antigua tradición de la tauromaquia cobra una vida renovada.
La práctica de la tauromaquia en Francia se registra a partir de 1701. La restauración en 1825 de las Arenas romanas de Arles permitió la organización de la Course Camarguaise, corridas que se inician durante la Feria de Pascua y que congregan a 500.000 visitantes y a 50.000 aficionados cada año.
La lidia se desarrolla en tres partes: el primer tercio, que consiste en un picador a caballo, que prueba la bravura del toro picándolo en el morrillo con la puya. El segundo tercio, en el cual los banderilleros clavan dos pares de banderillas en el toro para exaltarlo. En el tercer tercio, el matador debe someter al toro unos minutos antes de darle la estocada final.
Durante la Course Camarguaise, las calles del centro de la ciudad se transforman en una fiesta permanente. Las bodegas reúnen aficionados que se encuentran después de la corrida y el programa elaborado por el Comité de la Feria incluye espectáculos musicales, exposiciones de artistas inspirados en la tauromaquia, encierros en las calles y, en algunas ocasiones, se organiza el Rousataio: los caballos se sueltan en la calle para rememorar la forma en que antiguamente se desplazaban las yeguas con sus potros de un recinto a otro.