La Abadía de Fontenay

Abadia de Fontenay

La Abadía de Fontenay es uno de los edificios medievales más emblemáticos de la arquitectura cisterciense. Está situado en un valle, a pocos kilómetros de Montbard, en el departamento de Côte-d’Or, región de Borgoña.

Fue fundado por San Bernardo de Claraval y su estilo fue modelo de los monasterios posteriores durante dos siglos, en los cuales los monjes cistercienses se expandieron por toda Europa.

Sus orígenes se remontan a 1119, si bien fue consagrada recién en 1147 por el Papa Eugenio III. Fue, junto con la Abadía de Claraval II, una de las primeras en ser construida en piedra según su estética característica.

Siguiendo los preceptos de la orden respecto al ascetismo y a la pobreza, la abadía carece por completo de adornos, lo que genera un efecto insospechado en un edificio de sus proporciones. Le confiere una austeridad majestuosa y la inunda de misterio.

Desde 1906, Fontenay está en manos de la familia Aynard, sus dueños actuales, luego de haber sido propiedad privada durante ya muchos años. En 1981, la abadía fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Actualmente, está abierta al público.

Con 66 metros de largo y 8 de ancho, la abadía es una construcción de inmensas proporciones. Tiene una planta cruciforme, y está formada por un claustro cuadrado, una sala capitular con la clásica bóveda cisterciense, una estancia bien iluminada, y el escritorio en que los monjes copiaban libros.

También es posible recorrer el dormitorio, que fue construido según la Regla de san Benito. Una gran sala albergaba por las noches a todos los monjes, que descansaban en comunidad y con gran sencillez.

El verde de los pastos que rodean a la abadía, y la luz que se cuela entre las columnas dibujando sombras en las galerías exteriores, nos dan una idea de la paz y la belleza que rodeaban la vida de los monjes en este lugar.

Foto Vía: Dismanibus

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