El Castillo de Beauregard
El Valle del Loira es una inagotable fuente de joyas arquitectónicas dignas de ser visitadas. Un excelente ejemplo de esto son castillos como Ceverny, de Blois y Chenonceau, al igual que el Chateau de Beauregard, que hoy nos ocupa.
No se sabe a ciencia cierta cuando se inició su construcción. Sin embargo, se tiene noción de que la mayor parte de su estructura se erigió posteriormente a las primeras obras, cuando el Señor de Menars, Jean du Thier adquirió el pequeño edificio ubicado en el coto de caza de Luis XII. Esto ocurrió en torno al año 1545 aproximadamente.
En esa época, el castillo ya contaba en su interior con espléndidos frescos ubicados sobre la chimenea de la cámara real, y en la Gran Galería hay otro hogar, en este caso de estilo italiano, datado en el mismo período y que aún se conserva.
Más tarde, en 1617, Paul Ardier se convirtió en el nuevo propietario del castillo, y fue él quien se encargo mayormente de la decoración del interior, en especial de la galería de los retratos, uno de los sitios más espectaculares. Nada menos que 327 retratos de ilustres personajes de la historia pueden verse allí.
Un capítulo aparte es el que merece el parque que rodea al castillo. Fue clasificado Monumento Histórico en 1992, y desde entonces fue objeto de un extenso trabajo de restauración que le devolvió todo el esplendor de su pasado.
Es hogar de una gran colección de robles y entre las innovaciones realizadas en el siglo XXI destaca el estanque decorado con lilas acuáticas, rodeado de una peculiar especie de coníferas enanas.
La parte más silvestre del parque, de características boscosas, alberga una capilla y un jardín de brezos que constituyen un encantador paseo.
Foto Vía: ABCSalles
