Un viaje al París oculto

Galerie Vivienne, Paris

Galerie Vivienne

Como toda gran ciudad con una importante historia medieval, París guarda aún muchos secretos para descubrir. En una primera visita, la majestuosidad de sus imponentes edificios sin dudas nos dejará pasmados, y hay tanto a la vista para conocer que la estadía siempre nos parece breve.

Pero también hay un París oculto, hecho de infinidad de rincones que conservan intacta la magia del medioevo, esa que la llegada de la modernidad no pudo alcanzar. Unos 20 pasajes y callejuelas de la época que permanecen envueltos en un auténtica atmósfera de historia y misterio y que no conocen muchos de los que pasan unos días de ensueño en un hotel en París.

Los alrededores de Palais Royal son hogar de numerosas galerías que datan de fines del siglo XVIII, cuando en la ciudad aún se construían espacios típicamente medievales. Fueron escenarios predilectos de la literatura de la época, de la mano de escritores como Zolá y Balzac.

Hoy en día, caminar por estos caminos es encontrarse con numerosas tiendas de moda, perfumerías, galerías de arte y lujosos restaurantes. Las más famosas son la Galería Vivienne, una de las más paquetas, inconfundible con su arquitectura neoclásica.

A poco de allí, el Pasaje Colbert destaca por sus altas columnas de mármol y la magnífica cúpula de vidrio. Allí funcionan los anexos de universidades e instituciones nacionales.

Otro de los rincones imperdibles es el Pasaje Jouffroy, mucho más cálido gracias a sus ornamentaciones en madera. Data de 1836, aunque su última reforma fue en 1987. Desde allí se accede al Museo Grévin de esculturas de cera.

El Pasaje Verdaeau, junto al anterior, es un paseo más bohemio y sereno: no es muy habituado, pero sí muy recomendable. Abundan las tiendas de mobiliario antiguo, tiendas de acuarelas y dibujos, y numerosos bares tradicionales.

Finalmente, el Pasaje de los Panoramas es mucho más concurrido. Cuenta con restaurantes, bares, tiendas de decoración de interiores y tiendas especializadas en filatelia. Además, están allí la Maison Stern, el acceso para los artistas del Théâtre des Variétés y una bodega de vinos: Marchand de Vin, con su propio bar.

Foto Vía: Pat and Lew travel

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