Ruta gastronómica para disfrutar de Francia con un buen sabor de boca

Queso francés

Ya os hemos hablado de las innumerables razones que existen para visitar el país galo. Su historia y su belleza natural y arquitectónica son sus principales atractivos, pero no son los únicos. A los castillos de cuentos de hadas, a las catedrales de postal y a los jardines de película se le unen dos pesos pesados: la comida y la bebida.

La gastronomía francesa es apreciada en toda el mundo, y de hecho entre los diez mejores restaurantes del mundo escogidos por la revista Restaurant para este 2018 se encuentran dos locales franceses: Mirazur (Menton), en el puesto 3, y Arpège (París) en el número 8. Por no hablar de que la prestigiosa escuela culinaria Le Cordon Bleu se fundó en Francia y desde ahí ha dado el salto a más de 40 países diferentes. Curiosamente esta prestigiosa institución aparece en la película Julie&Julia, siendo el lugar al que acude el personaje de Meryl Streep para aprender alta cocina.

Y es que el séptimo arte siempre ha recurrido a Francia cuando se trata de cuestiones culinarias, incluso en las cintas de animación. ¿Quién no recuerda a la entrañable rata Remy y su fantástica receta de ratatouille? Gracias al éxito de esta película, que ganó el Oscar a Mejor Película de Animación, esta elaboración tradicional de la región de la Provenza alcanzó una gran popularidad dando lugar a tours gastronómicos para conocer sus diferentes variantes.

Vino y queso francés

Ruta gastronómica por Francia

No es extraño que la comida sea el centro sobre el que gira todo un viaje; en Dublín, por ejemplo, existe un tour para conocer los pubs más famosos en los que los grandes poetas irlandeses buscaban inspiración para sus obras. La cerveza, elemento estrella de la gastronomía de este país, sin duda es la protagonista de esta ruta. La tradición gastronómica francesa es tan amplia y diversa que sería difícil decantarse por una región en concreto, pues todas tienen mucho que ofrecer al paladar. En Córcega, por ejemplo, podemos encontrar lo mejor de la montaña y del mar. Ubicada en la Costa Azul, esta isla ofrece a sus visitantes productos procedentes de la agricultura de montaña, como una gran variedad de verduras y hortalizas de huerto, embutidos, carnes o quesos de cabra. También podemos encontrar nueces, miel y castañas, de las que procede su famosa harina. Por su parte, del mar llegan los mejores productos de marisco: ostras, erizos de mar, langostas, doradas y un largo etcétera que hacen la boca agua a cualquiera. 

Si eres un amante de los productos lácteos tienes una parada obligada en Normandía. La gastronomía de esta región es de lo más versátil, siendo el queso uno de sus productos estrella, como el de Camembert, Livarot, Pont l’Evêque o Neufchâtel. En Isgny, por su parte, cuentan con un buen número de denominaciones de origen, entre las que destaca la de su cremosa mantequilla. También en los Pirineos podemos disfrutar de un buen queso en Couserans, en donde en cada valle o granja se puede degustar una variedad diferente, o en Lot, en donde cuentan con el famoso queso Rocamadour. Si seguimos recorriendo el Pirineo francés deberemos parar en Gers, sobre todo si vamos entre noviembre y marzo, para hacernos con algún tipo de foie gras, y pasar por Aveyron para probar su famoso puré de patatas con queso l’aligot. El plato dulce lo encontraremos en su gateau à la broche.

Burdeos es otro de los lugares que no debes dejar de visitar si eres un auténtico foddie. La ciudad cuenta con una gran oferta gastronómica además de una belleza arquitectónica insuperable. Al noroeste de la ciudad se encuentra la localidad portuaria de Pauillac, en donde podrás visitar algunos de los mejores viñedos de toda Francia. Y para acompañar: una visita a Gujan-Mestras, el lugar idóneo para probar ostras de gran calidad. 

Y no olvides entrar en todas las pâtisseries que te encuentres por el camino: en Francia la repostería se convierte en un auténtico arte. Un final dulce para un viaje destinado a despertar los 5 sentidos.

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