Mirmande, un pueblo de Rodano-Alpes

Mirmande, Valle del Drome

Para quienes disfruten de conocer pequeños pueblos quedados en la historia, Mirmande es el destino ideal. También lo es para los amantes de la naturaleza y los impactantes paisajes. Y, sin dudas, es un verdadero paraíso para los apasionados de la arquitectura medieval.

En resumen, Mirmande es un pueblo pequeño pero tiene mucho para ofrecer y es perfecto para los gustos más diversos. No por nada fue catalogado dentro de los Más Bellos Pueblos de Francia.

Forma parte de la región de Ródano-Alpes, y se encuentra apenas 15 kilómetros al noreste de Montélimar, en el departamento de Drôme. El valle del río Drôme es el escenario principal en que se ubica Mirmande, que además tiene vistas espléndidas sobre el Valle del Ródano y sobre el Massif Central.

Un simple paseo por las calles de este pueblo es suficiente para enamorarse de él. Rodeado de arboledas, bosques y paisajes rupestres, sus años de mayor gloria transcurrieron entre los siglos XII y XVII, y de esa época queda mucho para visitar.

Fue construido en lo alto de una colina, con la iglesia de St-Foy dominando las vistas. Muchos artistas y artesanos disfrutan de sus vacaciones en Mirmande, sobre todo por su hermosura y por las excelentes panorámicas que se obtienen desde su iglesia.

La arquitectura de sus casas es un capítulo de gran relevancia en el paseo por Mirmande. Recorriendo sus callejuelas empedradas puede uno encontrarse con magníficas piezas talladas en piedra, así como puertas y ventanas sumamente ornamentadas. Aunque una mención aparte merecen los techos de este pueblo, que fue galardonado por poseer los más bellos tejados de Francia.

Para los amantes de la naturaleza, nada mejor que una visita al aire libre por las grandísimas arboledas de especies frutales, que cuentan más de 100 especies diferentes en total. Gracias a ellas, Mirmande es miembro de las Villas Botánicas del Drôme.

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