Dormir en Poitou-Charentes
Quiero cerrar la serie de artículos sobre mi viaje por la región de Poitou-Charentes hablándoos de los sitios donde dormir. Centradas como estaban todas las actividades en los niños queríamos encontrar también alojamientos llamativos que pudieran sorprenderlos y que no fueran las clásicas habitaciones de hotel, frías y sin nada nuevo que ofrecer.
¡Qué mejor sorpresa para ellos que dormir en árboles! Sí, en esta región, y más concretamente en Dienné, hay un complejo de actividades de ocio realmente sorprendente y específico para perderse un fin de semana en familia. Se trata de la «Domaine de Dienné«, donde se pueden practicar diferentes deportes, vivir al aire libre y dormir no sólo en cabañas en los árboles, sino también en tipis o carromatos.
Pero vayamos por partes…
Nuestra primera noche ya sabéis que la pasamos en el tren de Madrid a Poitiers, en el Elipsos.
El segundo día, del que ya os hablamos, fue en Angouleme. Allí pasamos la noche en la casa de huéspedes Champ Fleuri, en la Chemin de l’Hirondelle. Está en las afueras de Angouleme, en una zona muy conocida de campos de golf, l?Hirondelle, donde reina la tranquilidad más absoluta. Champ Fleuri es una residencia privada en la que sus dueños han decidido alquilar una parte de sus instalaciones, para el uso y disfrute de los turistas. Son casitas con total independencia que se ubican en un edificio rústico dentro de los inmensos jardines que tienen. Son, como digo, alojamientos rústicos, es cierto, propio de lo rural de la zona, pero el trato es exquisito por lo personal, pues son los mismos dueños, quienes además, viven allí mismo, en una magnífica casa frente a estos alojamientos, los que te atienden. De hecho, ellos son los que te servirán el desayuno en una habitación preparada al caso.
Lo mejor, sin duda, de este alojamiento es el trato y las magníficas vistas que se tiene de Angouleme desde sus jardines.
vistas desde los jardines de Champ Fleuri
El siguiente día, en las cercanías del Valle de los Monos, llegamos a Dienné, y es allí donde está la Domaine de Dienné, un complejo de varias hectáreas de terreno donde poder practicar deportes de todas clases, desde bicicross, hasta montar a caballo o jugar al voleibol. Lo mejor son los alojamientos pues se puede elegir entre dormir en cabañas entre las ramas de los árboles, en roulottes, al más puro estilo de los carromatos gitanos, en cabañas de madera a ras de suelo o incluso en tiendas mongolas. Restaurantes, balneario spa y programa de actividades variadas invitan, desde luego, a marcharse allí con los niños no sólo una noche, sino todo un fin de semana.
Cabaña entre los arboles en Dienné
La última noche la pasamos en Futuroscope y, para ello, el alojamiento escogido fue el hotel Jules Verne. El hotel es más propio para niños que para un adulto, sobre todo porque las habitaciones son pequeñas y no están demasiado bien cuidadas. Sin embargo, los niños, que no reparan en tales detalles, lo pasarán bien. Están ambientadas con motivos relacionados con la obra de Julio Verne «20.000 leguas de viaje submarino» pero lo mejor es su acceso al Parque al que se puede ir en el bus del mismo (que para justo frente al hotel) o incluso andando, en un paseo de no más de 10/15 minutos.
Hotel Jules Verne – habitación
Como os decía, el viaje para los niños no es completo sino se eligen alojamientos que les guste y en este sentido, al menos nosotros y según nos contaron después los peques, creo que acertamos.
